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jueves, 27 de abril de 2017

Re(des)encuentro

Las relaciones modernas son electrónicas
con protocolos de respuesta, tiempos y palabras,
en estos tiempos impersonales
recibir un correo de ella es un gran acontecimiento.

Ella escribió
"No la quiero, solo le entrego esto"
Y adjunto la pintura que hizo de mí
hace varios años.

Todo volvió como estampida
su rostro extasiado
sus besos de judas benditos
el sabor de su vagina
el roce de su piel bajo mi cuerpo

Temblaba y sentí caer
(ya no lloro porque estoy muy grande)
Su lejana existencia me daba la certeza
que jamás, JAMÁS, volvería.

A su solicitud, no espera mi respuesta
me quedaré silente en mis montañas
seguiré mi camino,
pero ahora, empieza desde cero
la cuenta de los días en que supe de ella.

jueves, 22 de septiembre de 2016

Historia real de un Mayo cualquiera en 2015

"Quiero vivir solo
ya no te aguanto más"
Y recogí mis maletas
mis fotos y mis ganas
y sin derramar lágrima pedí asilo
en una casa ajena.
Todos los días iba al trabajo
y derramaba sonrisas a los compañeros
otros tantos me cortejaban
y yo sonreía
(porque una chica tiene que comer)
a nadie conté mi derrota
aun nadie sabe que he sido echada de mi casa
¿Al final a quién le importa?
Estoy sola en este recorrido,
me fui porque no aguantaba la miseria
y me quedo porque tengo que aguantar la miseria
así funciona
a patadas te dan las lecciones que te niegas a aprender

Usted me dijo que me amaba

Sin amarme.

viernes, 9 de septiembre de 2016

No me gusta quererla

Se marca la fecha en el calendario
su última visita por mi cuerpo
sus manos (por fin) recorriendo mis abismos
su boca besando,
su lenga lamiendo
su voz gritando.

Hay días que pesa menos
su ausencia en mis brazos
hay días en que triunfo
y grito y me regocijo

Pero todos los demás
me encorvo y me dilato
me arranco la piel por sentir su abrazo
La maldigo y me maldigo
no lloro, pero cómo aflige.

No me gusta sentirla en el pecho caído
no me gusta soñarla todos los días
no me gusta sentir su voz en mi mente
no me gusta quererla
porque me hiere
y me calcina.

jueves, 7 de abril de 2016

En este país, mi país, tu país*

Yo les tengo un cuento a todos los que ignoran la lágrima ajena, a aquellos que se desprenden de lo que no les pertence y le ponen la lupa del juicio para que se quemen al sol. Le tengo una noticia a todos los que no me hablan, los que no me conocen, los que no les importo.

Informo, que a mí me duele mi país, que yo no puedo ver mi bandera ondeándose con dolor en posición de derrota, que yo no veo noticias, que no me importa el presente de mis ocho estrellas y mi tricolor, ni siquier me detengo a fijarme a dónde mira el caballo de Bolívar. A mí me duele mi patria, me duele la ausencia, me duele mi familia que sigue allí, mis amigos que me ruegan un pedazo de sofá donde quedarse (así sea de ilegales). Le lloro al pasado, a la inconsciencia, a no ver el fuego venir a nuestra vera.

La derrota se me cala en los huesos, de no poder volver, de no querer volver, a ser humillada como siempre, a ser vejada por un uniforme verde y un fusil "Ciudadana usted no ese puente no lo va a cruzar" ¿Pues sabe qué señor guardia? Me fui, ilegal, pero me fui, quédese usted con su barco hundido, quédese usted con sus hijos que no pasan hambre como mis hijos, quédese usted con el hermano que no le han matado como mataron el mío, quédese usted con su ventana sin balas distinta a la mía. Quédese usted con su amenaza y su autoridad. Quédese usted con su miserable dinero que no alcanza para comprar la libertad.

Quiero que me escuche nadie, porque nadie es quien se pasa por aquí, que yo lloro cuando escucho mi alma llanera, que yo tengo su luz y su aroma en mi piel, que tengo un corazón roto que no se cura, y que tuve que rogar en la frontera que por favor me dejaran vivir mejor. Ahora tengo todo, pero me falta mi tierra, me faltan mis dichos, mi falta mi idosincracia.

Yo soy una venezolana más, de esos millones de venezolanos que salieron huyendo. Yo no vendí todo porque no tenía, yo me traje un libro y una maleta y aquí estoy un año después, con el corazón marchito de no poder regresar.




* Título de una canción de María Teresa Chacín

lunes, 14 de septiembre de 2015

Estoy olvidando a la mujer de mi pasado

Pasó de repente
escuché las mismas canciones
me crucé con las mismas calles
del sueño y la pesadilla.
Llegó el día repetido
del aroma seco de un recuerdo de amor
y pasó delante de mí
siguió
no paró a dejar pasajeros
ni a llevarse pedazos
de un corazón que muere.

Pasó de repente,
en un tren sin rumbo
y se llevó todo lo peor
la palabra no dicha
el reproche en los labios
el odio en carne viva
la muerte de un niño compartido.
Somos historias de bares malolientes
que se cuentan a los jovencitos
'alguna vez amé a una mujer'

Pasó de repente,
quiso llevarme arrastrada
volver a la locura de esos días
de la fiebre del sexo
del sangramiento de las manos
del desvelo en espera de... no sé, cualquier cosa.
Siguió su camino
ya no está en mi cuerpo de resurrección:
el olvido disolvió
a la mujer de mi pasado.

domingo, 26 de julio de 2015

Agosto 9/2013

Tengo una incesante necesidad de escribirte
dejar colgar mis palabras en tus ojos
porque en tus ojos quiero ver amaneceres.

Deseo tu voz en cada silencio.

Tengo sueños en los que somos amantes
y nos escondemos de tu realidad para olernos
explorarnos
besarnos
amarnos sin conocernos
y después
resignarnos a no ser,
a no estar,
a no vivir para el otro.

Para nosotros fue creado
el lenguaje limpio del encuentro.


Del ritual nocturno

Voy a acostarme en mi cama
en mis sueños
en mi cansancio
para perderme dentro de mí
y encontrarme en una tormenta de palabras
sílabas que llueven en cielos llenos de gritos
exclamaciones súbitas que rompen silencios mal llevados.

Me acuesto a dormir en mis ojos
cerrando los portales
los altavoces
de mis ríos circundantes
rojos ríos salados
que se precipitan cuando volteo en la cama
y encuentro.

Voy a acostarme en mi cama
que con recelo guardo y comparto
voy a acostarme conmigo.

La ciudad

Libros se han escrito
odas innumerables
al paisaje
las montañas
el verdor de la vida
la creación perfecta
la infinidad de la belleza.

De lo gris se escriben epitafios
sobre el asfalto se riega la sangre
de los muertos de Babilonia,
se tiene miedo a lo grande
y la ciudad es una amante sádica
que nos muerde la oreja
hasta dejar heridas imborrables.

Tal vez por amor a los imposibles
yo siento una caricia dulce
con cada bocina que suena desaforada
el olor a gasolina de la autopista.

En estos grandes edificios
puedo sentirme tan grande como ellos
corro y maldigo
y también puedo gritar 'Hágale pues mi amor'
a pesar de mis costumbres ortodoxas
Me volví una salvaje más
que atropella mientras camina
que insulta con la mirada
que sonríe cuando conviene.

Pero hay otros que aman el silencio
la tranquilidad del campo
menos contaminación y menos cáncer
menos estrés para prolongar la especie
yo les grito cobardes
no me sentiré culpable por amar lo perverso
de esta ciudad que expulsa sin compasión
y premia con benevolencia.

Yo amo la ciudad
porque en su ruido ininterrumpido
puedo escuchar mi corazón que late
y se acelera por la adrenalina
de estar al borde de la muerte a cada instante.

Esta mujer

Esta mujer, sentada a mi lado
en un autobús con dirección norte
parece cansada de esperar
con la piel curtida por el maltrato.

En sus ojos sobrevivien
las lágrimas de la opresión.
Desconfía de todos
-tanta traición le marcó las arrugas-
Supongo que entregó su vida
al fogón y la crianza.

La muerte de su compañero la dejó sin rumbo
atiende a sus hijos varones
más de lo que debería
pero los años no la dejan
criar gallinas como antaño.

Poco a poco se resigna
a dejar de ser mujer
y ser más ornamenta
de una casa en ruinas.